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consultoria sanitaria en Madrid

CONSULTORÍA SANITARIA

Los hospitales son empresas de servicios múltiples donde tanto los procesos asistenciales como los productos obtenidos no son homogéneos. A los hospitales acuden e ingresan pacientes distintos, con patologías distintas, con grados de enfermedad distintos y con consumo de recursos sanitarios también distintos.

Por todo ello para poder realizar una correcta gestión sanitaria a nivel hospitalario, tanto gestión de la eficiencia como de la calidad asistencial es necesario disponer de una información económico asistencial detallada del centro hospitalario; emplear un apropiado sistema o modelo de agrupador de costes; realizar una correcta homogeneización de datos con un adecuado sistema de clasificación de pacientes, un sistema de ajuste de riesgos refinado que contenga diferentes modelos de severidad e integrarlo con los agrupadores de costes, y con indicadores de gestión acordes a los niveles de micro, meso y macrogestión demandados en cada caso, para de este modo poder relacionar los resultados obtenidos con una escala de valores en base a guías integradas asistenciales y a los indicadores de calidad internacionales con la posibilidad de realizar benchmarking.

Para todo esto, necesitamos conocer el “case-mix” hospitalario y el índice de complejidad asistencial de los diferentes procesos realizados, además de conocer la contabilidad analítica del hospital. Solamente de este modo se puede realizar una gestión clínico financiera, una gestión analítica correcta y poder conocer el consumo de recursos sanitarios de cada proceso asistencial en aras de la búsqueda de la eficiencia.

Desde esta óptica inicial, un hospital puede ser considerado como una empresa multiproducto/multiservicio que presta sus servicios mediante la combinación de una variedad relativamente importante de productos intermedios (gestión matricial).

Como primera aproximación a este concepto de empresa podemos exponer que el producto (servicio salud) es el “output” de los centros sanitarios, siendo el “outcome” (resultado determinado) la mejora de la salud en términos de calidad de vida. Este producto/servicio tiene las peculiaridades específicas de ser un producto intangible, homogéneo y complejo.

Mejorar la eficiencia y el grado de aprovechamiento de los recursos en los sistemas sanitarios (control del gasto) y mejorar la calidad asistencial (disminución de la morbimortalidad), junto con un elevado grado de satisfacción por parte de los ciudadanos deben de ser los objetivos principales de los responsables sanitarios, tanto de instituciones públicas como privados.

Hay que desarrollar modelos de gestión de la eficiencia y de la calidad asistencial integrando los datos obtenidos mediante un sistema de gestión analítica clínico-financiera con información contable interna e información clínico-asistencial efectiva, con una historia clínica codificada y posteriormente clasificada mediante unos GRDs refinados, para que nos ayude en el proceso de toma de decisiones, permitiendo determinar con rigurosidad, detalle y oportunidad en base a una serie de indicadores sanitarios, de gestión económica y análisis de costes, y de gestión de la calidad asistencial, el estado de la valoración económica de las actividades que desarrollan los centros sanitarios y la calidad asistencial proporcionada (benchmarking).

Dentro de los Sistemas de Ajustes de Riesgo por Isoconsumo de Recursos Sanitarios, para el ajuste y homogeneización de datos de hospitalización todos los países desarrollados utilizan los Grupos Relacionados por el Diagnostico (GRDs) que solo contemplan la actividad hospitalaria con ingreso y estancia, y no tienen en cuenta la severidad de la lesión en su cómputo final de peso y consumo de recursos sanitarios, es decir de costes asistenciales.

En el nuevo modelo de gestión integrada empleamos los IR-GRD que son GRDs refinados, que contemplan toda la actividad desarrollada a nivel de un gran centro hospitalario tanto la hospitalización como la actividad ambulatoria, es decir contempla los procesos de hospitalización, los procedimientos ambulatorios como la cirugía mayor y menor ambulatoria, las urgencias no hospitalizadas, las consultas externas por especialidades y las pruebas complementarias como laboratorio y radiología y permiten su utilización con diferentes sistemas de codificación tanto el CIE-9-MC, como el CIE-10, como el CPT-4, (Clasificación internacional de enfermedades y clasificación de procedimientos), teniendo una estructura adaptable a las necesidades propias del país u hospital que lo utilice como pueden ser los códigos y grupos de procedimiento y criterios demográficos particulares. Figura 1

 

sistema clasificacion pacientes

Fig. 1: Esquema de los diferentes sistemas de clasificación de pacientes existentes y su cobertura de actuación.

 

Los IR-GRD potencian las técnicas de benchmarking, siendo muy útiles en el análisis de la casuística, del “case-mix” hospitalario, en el análisis de costes hospitalarios, y para la gestión de recursos de manera integral de todos los pacientes a nivel hospitalario, tanto los pacientes con procedimientos hospitalizados como los pacientes con procedimientos significativos potencialmente ambulatorios – hospital de día- , como todas las urgencias (hospitalizadas o no hospitalizadas), las consultas médicas diagnósticas y los procedimientos diagnósticos y pruebas adicionales (laboratorio, radiología), consultas externas, los procesos de rehabilitación, la quimioterapia y la radioterapia.

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